Mitos y leyendas de las bolas chinas
Las bolas chinas realmente son buenas para fortalecer el suelo pélvico y por lo tanto para mejorar nuestra vida sexual.
¿De dónde vienen las llamadas bolas chinas?
Su origen no es chino sino japonés. Fueron inventadas para un emperador con muchas concubinas y poco tiempo para juegos preliminares. (En breve entenderéis esto). Más tarde fueron utilizadas por las geishas para fortalecer el suelo pélvico.
¿Te atreves a usarlas?
Datos de las bolas chinas
- ¿Cómo son? Las bolas chinas “estándar”, que podemos encontrar en cualquier tienda especializada, constan de dos bolas unidas y un cordel para manipularlas. Pero podemos encontrar kits de bolas chinas de distintos tamaños y pesos para iniciar un ejercicio progresivo de nuestro suelo pélvico.
- ¿De qué material deben ser? Las bolas chinas actúan como pesa en nuestra musculatura. Tenemos que tener cuidado con el material: debe ser no poroso (el plástico por ejemplo lo es y puede acumular bacterias), suave, y con el cordel de extracción plastificado o del mismo material que las bolas. Nunca de hilo, donde sí se puede acumular suciedad y crearnos problemas. La silicona o el elastomed son estupendos materiales. Es recomendable invertir en unas bolas chinas de calidad, ya que seguramente el peso también esté medido de forma adecuada.
- ¿Mi vida sexual será mejor? En realidad, las bolas chinas tienen una función de “pesa” para la musculatura pélvica pero no se puede negar que tiene beneficios para la vida y salud sexual. Además mejoran la fase del deseo; llevar las bolas chinas puede resultar muy erótico, como llevar lencería sexy. A muchas mujeres les ayuda a fantasear el llevar unas bolas chinas sin que nadie lo sepa. Un efecto mucho más directo es el que tiene sobre la lubricación: las bolas contienen otras pequeñas bolitas en el interior que se mueven y estimulan las paredes de la vagina, favoreciendo el flujo sanguíneo y mejorando notable e instantáneamente los niveles de lubricación (de ahí el uso del mencionado emperador japonés). Por otro lado, la musculatura pélvica se contrae y relaja durante el orgasmo y, tanto los ejercicios de suelo pélvico activos como el uso de las bolas chinas, fortalecen la musculatura haciendo los orgasmos más intensos y largos.